En un entorno financiero como el actual en el que los tipos de interés están al cero por ciento, los activos libres de riesgo ofrecen rentabilidades negativas, y cuando los bancos empiezan a lanzar globos sonda respecto de cobrar por guardar nuestro dinero, no es de extrañar que el dinero vaya loco buscando refugio en un destino rentable. Máxime cuando los lobos IPC e IP le persiguen despiadadamente…
La buena noticia es que esta situación ha provocado que proliferen las alternativas de inversión y financiación. Muchos inversores se han constituido por su cuenta y riesgo en financiadores directos o buscan proyectos en los que participar del capital. Otros se han agrupado entorno a fondos de capital riesgo, fondos de deuda o plataformas de crowdlending o crowdfunding con el mismo objetivo.
Cada semana recibimos llamadas, mails, incluso visitas de inversores privados y fondos pidiéndonos destinos de inversión o financiación. “Si tenéis cualquier proyecto de inversión interesante en el que podamos invertir o que podamos financiar, por favor avisadnos”.
Esta frase se ha convertido casi en un mantra los últimos meses.
Pues bien, esto es una magnífica noticia ¿Por qué? Porque antes nos quejábamos de que a la hora de buscar financiación la concentración bancaria y la estandarización de procesos hacían muy difícil encontrar soluciones de financiación óptimas para los proyectos empresariales. Sí, sonaban los fondos de capital y deuda, pero como una posibilidad lejana.
Hoy sin embargo el cambio está siendo radical. La aparición de todos estos nuevos actores, así como los movimientos de los empresarios buscando asesoramiento profesional en la búsqueda de financiación o de un socio, está provocando que cada vez se ofrezcan más y mejores estructuras de deuda, o de capital, o combinadas, y mejores condiciones como consecuencia de la mayor competencia.
Nos hemos encontrado con fondos o plataformas que financian sin solicitar garantías, fondos que prestan y cuya deuda no afecta a la temida CIRBE, otros que como garantía sólo quieren la maquinaria core de la compañía, o una cartera de clientes… el abanico de posibilidades es tan amplio que no terminaría nunca este artículo si tuviera que ir una a una enumerándolas.
Sin duda esto es una oportunidad que cualquier empresario ha de explorar. Es el momento tanto por cantidad como por precio.
Si tiene un proyecto que financiar, una empresa que adquirir o un plan de negocio que necesita de recursos ha de hacer necesariamente un mapa de alternativas. Antes la alternativa era hacer una ronda por los diferentes bancos. Ahora hay que hacer esa ronda y varias más y llevar muy preparado y muy bien trabajado lo que quiero conseguir.
Cuántas empresas hemos visto en problemas, incluso cerrar por no tener una buena estructura de financiación. Por haber financiado el largo de manera incorrecta.
Es absolutamente necesario extremar la prudencia y estar bien asesorado antes de invertir en cualquier proyecto, producto financiero o vehículo de inversión. Del otro lado de la mesa, del lado del que busca la financiación o un socio para un proyecto, si lo que busca es financiar o buscar inversión para su proyecto es igualmente importante contar profesionales preparados. Esto le permitirá en ambos casos algo muy importante: llevar la iniciativa.