Tras la larga crisis que han sufrido Europa y España en los últimos 8 años finalmente podemos decir que se está volviendo a la senda de la recuperación y que la misma se nota, aunque se mantiene cierta incertidumbre, en la actividad de las empresas. Durante todo este periodo las empresas endeudadas han sufrido los vaivenes del precio de la deuda, o al menos, del diferencial aplicado por las entidades financieras. ¿En qué fase estamos en la actualidad?, ¿qué diferenciales se están aplicando?
Tratando de simplificar al máximo las fases que ha sufrido el diferencial aplicado en las deudas a las empresas (principalmente deudas con garantía hipotecaria) vamos a dividir las mismas en tres:
- En la etapa previa a la crisis operaban en el mercado gran cantidad de financiadores bancarios con un volumen de fondos muy importante, lo que llevaba normalmente a ofrecer la financiación a diferenciales sobre el Euribor muy bajos. Entonces España era un país muy seguro para invertir, por lo que la famosa prima de riesgo también estaba en una zona baja.
- Durante la crisis (inicialmente financiera y posteriormente económica), y a partir del impacto de la misma sobre el sistema financiero español, las entidades financieras españolas sufrieron graves problemas de morosidad y de desconfianza; esto provocó inicialmente problemas de acceso a financiación, y posteriormente un progresivo y acusado proceso de reestructuración/ consolidación. Toda esta transformación provocó un fuerte incremento de los diferenciales para combatir el descenso de márgenes que sufrían las entidades financieras, y promovió que las operaciones de financiación y refinanciación se firmasen con diferenciales de hasta 6 o 7 ppbb. La prima de riesgo española se disparó más allá de los 600 puntos.
- En la actualidad los diferenciales de mercado se han reducido drásticamente merced a la restructuración del sistema financiero español, y si bien se espera todavía algún movimiento de última hora, este proceso se puede dar prácticamente por finalizado. La morosidad hoy baja gradualmente, los márgenes financieros suben y la financiación a la que acuden las empresas es más barata. Esto se traduce en prima de riesgo más baja para España, y en un descenso de los diferenciales aplicados.
Ya desde hace tiempo se ha abierto una ventana para que las empresas con altos diferenciales pactados -consecuencia de procesos anteriores de financiación/ refinanciación- puedan renegociar los precios de su deuda y por tanto reducir la presión financiera de su cuenta de resultados.
Estos procesos se deben llevar a cabo tras un análisis profundo de la compañía y de su situación económico-financiera analizando, entre otros muchos, los siguientes aspectos:
- Modelo de negocio y estructura de la generación de caja presente y futura de la compañía. Conocer, si no se conoce todavía, qué caja generan las operaciones de mi compañía y cuál es la previsión en los próximos meses/ años con el fin de preguntarse si la empresa es capaz o no de atender los compromisos de pago adquiridos.
- El impacto de las medidas de reducción de tipo de interés y si esta medida debe estar acompañada de otras para poder acompasar la generación de caja de la compañía con las obligaciones de pago adquiridas por la misma.
- La estructura y calidad del pool bancario con el fin de establecer una estrategia de negociación. Hay que estudiar el número de entidades, tipo de contratos firmados, si hay en el pool entidades financieras, si existen coberturas de tipo de interés, etc.
Estamos convencidos de que en estos casos es imprescindible, como siempre, estar asesorado por profesionales independientes. Restructurar una compañía no es alargar el plazo de vencimiento de la deuda, muchas veces hay estructuras para la deuda que, aunque son más complejas, son las adecuadas para la empresa, y hay que conocerlas y dominarlas.