Ya hemos dejado atrás la primera mitad de 2022 y las perspectivas para lo que queda de año no resultan muy halagüeñas. Acaba de terminar el mes de julio y este nos ha dejado un precioso coctel de: inflación que no para de marcar máximos, las mayores economías en contracción, un elevado riesgo de recesión, condiciones financieras cada vez más complicadas, peligros para la seguridad energética de Europa.
El pasado 28 de julio se dio a conocer el dato de crecimiento del PIB de Estados Unidos, este reflejó una cifra bastante peor de lo esperado con una caída del 0,9%. Con esto, los Estados Unidos habría pasado por dos trimestres consecutivos de caídas en el PIB, por lo tanto, el país entraría en lo que se denomina recesión técnica. No obstante, para confirmar esto se ha de esperar al informe independiente del NBER (National Bureau of Economic Research) que usa más indicadores además del PIB para determinar si realmente se ha entrado o no en recesión.
Durante este último mes, la economía a nivel global está dando señales contradictorias, cuando un indicador económico muestra que nos encontramos ante una recesión inminente, otro indicador muestra cierto nivel aguante. Esto provoca que la gran mayoría de inversores y reguladores no tengan claro que esperar de la economía global para lo que queda de año.
En línea con los últimos meses, la volatilidad se ha mantenido en niveles elevados tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija. La volatilidad en los mercados de renta fija, últimamente, viene siendo bastante mayor que la de los mercados de renta variable, dejando pocos lugares donde poder encontrar protección para las carteras ante las grandes oscilaciones de precios.
Ahora nos adentramos en el mes de agosto, que nos trae complicaciones que van desde el abastecimiento energético en Europa hasta la contracción del PIB estadounidense y el mercado inmobiliario en China. Nuestra visión sigue en la misma línea de los últimos meses y por ello aconsejamos maximizar las precauciones y mantener altos niveles de liquidez ante las oportunidades que podrían traer más caídas del mercado.
Metodología Momentum
El movimiento más significativo del mes lo constituye la entrada en cartera de renta fija, tanto de gobiernos como de empresas de alta solvencia así como la vuelta de activos inmobiliarios e infraestructuras. El mercado descuenta que los bancos centrales pararán las subidas de tipos en el momento noten que la economía se debilita.
De esta forma, reducimos tesorería aunque todavía mantenemos una cantidad muy importante que nos permita seguir aprovechando la volatilidad.
En el apartado de renta variable entra de nuevo EEUU y se mantiene el peso en Europa, si bien es verdad que se percibe un giro hacia sectores más defensivos como la salud, alimentación y el consumo básico.
De esta forma, el peso en renta variable en el global de la cartera se incrementa hasta el 20%.
A continuación, en el siguiente gráfico podemos ver la evolución de nuestra estrategia frente a los distintos índices de renta variable y de renta fija: