El CFO o Director Financiero ha sido siempre una pieza clave en el funcionamiento de la empresa como responsable último de la gestión del dinero (gestión de cobros y pagos, búsqueda de financiación, pago de nóminas) así como el coordinador de las labores de contabilidad y/o administración en muchas ocasiones.
¿Qué ha pasado en los últimos años con las funciones del CFO? Con la llegada de los ERPs y diferentes sistemas de información muchas de las tareas de contabilidad, administración y registro se han visto automatizadas. Lo que no ha cambiado ni por un segundo es su función intermediaria entre muchas áreas de la compañía: ventas, marketing, recursos humanos, logística, compras, etc.
Aprovechando este rol de coordinador de recursos y mediador en multitud de ocasiones, y unido a una automatización de sus tareas debido a las nuevas tecnologías parece natural que asuma nuevas responsabilidades transversales a toda la compañía. Estamos hablando no solo de tomar las riendas de la transformación digital sino también de iniciar un camino hacia la sostenibilidad.
En el post de hoy nos gustaría profundizar en cómo es cada vez más necesario en las PYMES, lo que ya es una obligación en las grandes compañías, una estrategia con objetivos vinculados a la sostenibilidad y a reducir el impacto de su actividad.
Actualmente, el CFO es, en muchas ocasiones, el maestro de datos; tanto financieros como no-financieros, y es por ello que son los más propicios para liderar las acciones vinculadas a reducir el impacto de la compañía en términos de producción, logística y consumo, al igual que supervisa ciertos indicadores financieros como:
- % EBITDA s./ ventas
- Deuda Financiera Neta / EBITDA
- % gastos financieros / Deuda Financiera
También con el fin de reducir las mermas y contaminación de la compañía debe ser responsable de otros como:
- Kg de materia prima / kg producidos
- Emisiones de CO2 por kg producido
- Litros de agua consumida por kg producido
Son muchas las compañías que con el fin de certificar sus buenas prácticas se acogen a los estándares de calidad ISO, en la actualidad existen más de 20.000 certificaciones. El hecho de que las dos más importantes sean la ISO:9001 de Sistema de Gestión de Calidad y la ISO:14001 de Gestión Ambiental es muy representativo de hacia dónde va la tendencia del mercado.
Nuestro punto de vista es claro. Tras 20 años al lado de las familias valencianas, somos conocedores del calado que tienen nuestras empresas en la sociedad donde desarrollan su actividad y es deber de todos dotar a nuestra comunidad de un desarrollo empresarial sostenible que permita su bienestar a corto y a largo plazo. Una empresa sostenible es aquella que aporta valor social, económico y medio ambiental y eso, es un factor que contribuye a aumentar la buena imagen de las entidades, además de las ventajas competitivas que eso supone. Por tanto, ya no es una opción dar la espalda a esta cuestión.
Con todo esto, surge otro planteamiento. ¿Es rentable invertir en empresas que buscan ser sostenibles? Lo vemos en el siguiente post.