La tasa Tobin…¿otra vez?

La tasa Tobin…¿otra vez?

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Uno ya no sabe si creerse todo lo que oye, porque hay noticias que perfectamente podrían pasar por ser de un medio satírico. ¿Tasa Tobin? ¿En serio? Vamos a hacer un pequeño resumen de su trayectoria para los que (lógicamente) no están al corriente de la nueva medida.

La llamada tasa Tobin carga cada compra y cada venta que se realice en los mercados con un impuesto. La redacción final en España ha tenido alguna salvedad, básicamente para que no cierren la persiana un buen número de empresas del sector, pero en eso consiste.

En primer lugar, no es nueva. La tasa Tobin se propuso hace unos 50 años, y su cometido original era reducir la volatilidad de los mercados de divisas, demasiado rápidos y eficientes en contraste con economías reales, lentas y pesadas. En realidad, tampoco es original: fue una adaptación de la propuesta de Keynes en 1936 para Wall Street con los mismos objetivos, que nunca llegó a implantarse.

En segundo lugar, la considero injusta. No distingue entre los distintos tipos de inversores y se tasa a todo el que opera en el mercado, sea un trader intradía o un inversor a largo plazo. En consecuencia, se perjudica al 100% de los participantes en el mercado.

En tercer lugar, y quizá el más importante, no funciona. Cuando se aplica, todos los participantes del mercado lo abandonan si pueden, así de sencillo. El escenario resultante es frágil e ilíquido, ineficiente, precario y, en consecuencia, deja también de cumplir su función.

Quienes quieran profundizar tienen casos en abundancia para estudiar (el caso sueco fue el más dramático), pero les recomiendo la publicación al respecto de BBVA research, donde habla de “efectos indeseados enormes”, “salida de capitales” y reducción del crecimiento basándose en su aplicación sobre ocho países.

Determinados gobiernos encuentran irresistible poner en marcha formas nuevas de sacar el dinero del bolsillo al contribuyente. El resultado ha sido siempre el mismo: los mercados se secan, los inversores se van, las empresas que prestan servicios de inversión cierran y la recaudación final es menor de lo esperado.

El por qué de su popularidad se me antoja una cuestión de marketing: Un apellido la hace sonar legítima, algo así como la dieta Dukan de las tasas. Es Importante mencionar que el propio James Tobin renegó de la etiqueta, cansado de que tergiversaran su idea para aumentar su recaudación.

El caso español es llamativo: Un 0,20% a cada transacción supondrá un 0,40%, ida y vuelta. En un ejemplo sencillo, un inversor moderado que rote su cartera trimestralmente pagará un 1,60% anual, por lo que se verá en esta situación:

  • En un año bueno, ganando un 6%: el 27% de su beneficio bruto serían impuestos.
  • En un año regular, ganando un 3%: el 54% de su beneficio bruto serían impuestos.
  • En un año malo… seguirá pagando impuestos, además de perder dinero.

Por cierto: Se nos olvidaba comentar que España es un mercado pequeño, y que el 40% del volumen de negociación es extranjero. ¿Qué les parecerá la tasa?

Creo que es difícil vender una medida tan agresiva, con efectos tan dudosos y en un momento de tanta inestabilidad, pero tengo mucha curiosidad por saber cómo lo van a hacer.

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