La moratoria concursal como una de las medidas diseñadas por el Gobierno en el contexto de la pandemia, pretendía evitar que empresas viables en condiciones de mercado normales se vieran abocadas a concurso de acreedores.
Hasta aquí bien, pero esa falsa sensación de tranquilidad que supuso esta medida junto con las ayudas económicas recibidas por parte del Estado, sorteando en gran medida las exigencias de los acreedores financieros, ha supuesto tal desajuste financiero en las empresas que ha propiciado una situación de insolvencia en su gran mayoría.
Ahora que la moratoria llega a su fin, se espera un aluvión de cierres a partir de septiembre según avisa Cepyme, pero, ¿se podía haber evitado tal desajuste financiero en las empresas?
Aunque no tenemos una bola de cristal, no es precipitado afirmar que estas ayudas podrían haber sido más eficientes si las empresas a las que fueron destinadas hubieran tenido una estructura de financiación adecuada a su negocio.
Una vez más, vemos la importancia de fomentar procesos de reestructuración temprana de empresas viables, ya que se ha puesto de manifiesto con esta moratoria que, a pesar de haber empresas viables, la situación económica de esas compañías es tan mala que no pueden asumir ni los costes del proceso.
En EFE&ENE trabajamos para buscar la estructura de financiación que mejor se adapte a las compañías y realizar los ajustes necesarios bajo el adecuado asesoramiento jurídico y económico.
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