Recientemente ha salido publicado un artículo, en el que de manera no demasiado indirecta, se cuestiona el papel de las EAFIs en el ámbito del asesoramiento financiero a vehículos de inversión.
En España han sido los bancos los que desde tiempos inmemoriales han monopolizado el asesoramiento financiero, a particulares, a vehículos, y a “todo lo que se ha movido”.
Ciertamente es lógico que la aparición de un sector que en Europa lleva tanto tiempo desarrollado, levante ampollas y genere suspicacias –dentro de lo que cabe es normal–. Estas suspicacias no nacen de la mala intención la mayoría de veces, sino de un cierto desconocimiento del sector financiero y su regulación en otras economías en el mundo.
Los monopolios en general no son saludables. No merece la pena extendernos en este punto pues es un punto de consenso y sería una pérdida de tiempo que aportaría muy poco.
Poquísimos ciudadanos de a pie y empresas, hoy en España, saben las comisiones que pagan realmente por el asesoramiento financiero. La mayoría de las comisiones siguen estando encubiertas en forma de porcentaje en letra muy pequeña. La cuestión se suele reducir a la clásica escena: “me han cargado una comisión de mantenimiento de cuenta y tras montar la marimorena, la entidad –de manera condescendiente– me la ha retrocedido”. Y el cliente se va a su casa la mar de contento aunque no tiene ni idea de lo que está pagando en total… y el banco se va la mar de contento, claro.
En los últimos años los productos financieros se han hecho cada vez más complejos. Depósitos estructurados, CFD´s, ETF´s, convertibles, son palabros que no están en el vocabulario de la gente de la calle. Los inversores necesitan asesores independientes; asesores que no tengan ningún interés en vender un producto en concreto y que estén cualificados para ayudarles a buscar y a entender, cuál es la mejor inversión para ellos en cada momento. Precisamente la ausencia de un sector de asesoramiento financiero independiente fuerte ha sido una de las causas, sin duda, de muchos de los problemas que ha habido con los mal llamados “productos tóxicos”. Y por eso no ha pasado en Francia, donde sí existe este sector ya consolidado, ni en Alemania, ni en Inglaterra, ni en Luxemburgo.
Las EAFIS son en la actualidad entre todas las empresas de servicios de inversión las más transparentes.
¿Cuál es el papel de una EAFI?
En EFE&ENE entendemos, y hemos apostado por este modelo desde el principio, que la EAFI, además de trabajar para obtener los mejores resultados en las inversiones de sus clientes, ha de ser el garante de la transparencia en el sector financiero, ha de cumplir un papel absolutamente necesario: vigilar y cuidar la ausencia absoluta de conflictos de interés entre el cliente inversor y los productos en los que invierte. Éste es el principal papel que le encomienda la sociedad. Ésta es, sin duda, su función social.
¿Puede una EAFI asesorar un vehículo de inversión?
Por supuesto, una EAFI puede asesorar un vehículo de inversión en tanto en cuanto que éste es un ente con personalidad jurídica propia. La ley lo contempla y el regulador de manera acertada e inteligente lo ampara. No olvidemos que en definitiva, asesorar un vehículo de inversión no es otra cosa que asesorar a un colectivo de intereses coincidentes. Y por tanto, siempre que la EAFI esté cumpliendo con su papel de garante en la ausencia de conflictos de interés, lo único que va a aportar con sus recomendaciones es valor. Y la creación de valor es importante porque en realidad es lo que el cliente anda buscando.
Las EAFIs cuentan con los medios humanos y materiales necesarios para llevar a cabo su función social de manera excelente. Pienso que el regulador debería proteger e impulsar con mucha mayor fuerza la creación de muchas más EAFIs y apostar decididamente por facilitar su crecimiento, puesto que son éstas las que, a la postre, se van a preocupar de que nadie invierta en nada que no quiera o no le convenga.
La EAFI no es competencia del banco como el médico no es competencia del farmacéutico. La EAFI y la Entidad Financiera han de aprender a trabajar en equipo, ambos con el foco puesto siempre en EL CLIENTE y en sus intereses. Por suerte cada día son más las EAFIs y Entidades Financieras que lo entienden así.
El sector financiero está cambiando y, aunque queda mucho camino todavía por recorrer, las EAFIs se terminarán contando, por el bien del sector en general y de los inversores en particular, por miles, como en Francia, en Alemania y en Inglaterra.
Y cada vez aparecerán menos artículos en prensa y menos voces críticas o malintencionadas. De momento hoy, como diría D. Quijote a Sancho: “ladran luego cabalgamos”.