EL COVID 19 EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: ¿ OTRA OPORTUNIDAD PERDIDA?

EL COVID 19 EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: ¿ OTRA OPORTUNIDAD PERDIDA?

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Somos muchos los españoles que tenemos la suerte de poder recluirnos en casa, ya que otros tienen la necesidad de salir, pero por mucho que queramos teletrabajar es obvio que, entre salidas al balcón a realizar tan merecidos homenajes a esos héroes que trabajan de cara al público; el cuidado de los hijos; las llamadas a seres queridos o la multitud de memes que recibimos entre otras aficiones… la economía se va a va a salir muy tocada. Me refiero claro está a la productividad real. Son muchos los diarios que en sus portadas ya hablan de recesión, y por supuesto, de ERTE’s que de no tomar medidas en muy poco tiempo, se convertirán en ERE’s.

 

La facturación de casi todas las empresas se va a resentir, no sólo la de los negocios de restauración o aquellas que prestan servicios educativos como las empresas de autobuses escolares, sino prácticamente todas.

 

Se han hecho muchos estudios sobre las dificultades para la creación de empleo en España y escuchando a nuestros políticos vemos que no hay un criterio único para llevar a cabo tan importante misión. Los de un lado incrementan el gasto público, los del otro bajan impuestos, pero la realidad es que los datos de la última crisis económica desvelan que el tiempo medio que tarda un español en encontrar empleo es de 16 meses. Son datos, no importa el color político que tenga.

 

Por eso, ahora más que nunca, necesitamos medidas eficaces que eviten que los ERTE’s se conviertan en ERE’s definitivos y desgraciadamente, a nuestro modo de ver, no estamos en el camino correcto.

 

Hasta el momento, con la aprobación del Real Decreto-Ley 6, 7 y 8 del 2020, se ha anunciado el aplazamiento en el pago de impuestos con bonificación de intereses; el reconocimiento de incapacidad temporal a los trabajadores infectados por el Covid-19 y en cuarentena; la ampliación de plazo en la bonificación de determinados contratos de la Seguridad Social para el sector turístico y una línea de liquidez de 14.000 millones de euros para nuestras empresas. Lo sentimos, con esto estamos muy lejos de las medidas adoptadas por nuestros vecinos franceses. Hace falta mucho más.

 

Posteriormente se han aprobado nuevas medidas como la inyección de 117.000 millones de euros públicos, de los cuales 100.000 millones serán a través de una línea de avales de ayuda a nuestras empresas. Pero ojo, no debemos olvidar que un aval implica endeudamiento y por supuesto hemos de conocer la letra pequeña. Aquí no valen los brindis al sol.

 

Respecto de los ERTE’s lo más probable es que la autoridad laboral se vea incapaz de resolver en plazo la oleada de nuevos expedientes que se van a registrar. Es urgente sin duda agilizar el mecanismo para su aprobación. El nuevo plazo de 7 días, aprobado en el día de hoy, se antoja de imposible cumplimiento. Por otro lado, nos parece un acierto la supresión de la cuota empresarial mientras dure el ERTE, una de las pocas medidas económicas positivas que, a nuestro juicio, se han adoptado en el día de hoy.

Pero me temo que con esto no se arregla nada, si queremos torear una crisis sin precedentes, necesitamos adoptar medidas sin precedentes. No podemos permitirnos actuar para reparar los daños causados, debemos actuar para evitarlos. En este sentido, cualquier país europeo cuyas medidas analicemos nos lleva la delantera: Italia ha anunciado la suspensión del pago de hipotecas, Alemania prometió liquidez ilimitada a sus empresas y financiación para la reducción de horas de trabajo, EEUU ha rebajado las cotizaciones sociales, y Francia, el más ambicioso de todos los países, ha suspendido el pago de alquileres, impuestos y recibos de luz, agua y gas, en total inyecta 300.000 millones de euros para evitar la quiebra de sus empresas.

 

Debemos aprovechar el hecho de que la Unión Europea haya aprobado que el endeudamiento de España empleado para paliar la crisis provocada por el Covid-19 no contabilice a efectos de control de déficit. Esto debería permitirnos adoptar medidas eficientes orientadas a anticiparnos a los problemas.

 

El problema es que las medidas adoptadas en el día de hoy son muy insuficientes. En los próximos días conoceremos en detalle los requisitos exigidos, pero en todas las medidas aprobadas que afectan a las empresas siempre hay un pero, siempre hay letra pequeña que acaba dejándolas en prácticamente nada. En definitiva, son insuficientes desde el punto de vista empresarial.

 

Debemos flexibilizar al máximo la tramitación de los ERTE’s. No podemos dejarnos llevar por el costoso procedimiento establecido en la legislación laboral.

Debemos bonificar al 100% la contratación de nuevos trabajadores.

Debemos inyectar más liquidez a la economía para propiciar que las empresas vuelvan a la normalidad una vez termine esta pandemia, seguimos muy lejos de los 300.000 millones inyectados por Francia. No podemos retomar la actividad con empresas paralizadas y endeudadas por culpa de esta tragedia.

 

Además, debemos ayudar a nuestras empresas mediante aportaciones públicas si es necesario a fondo perdido. El sobreendeudamiento de las pymes que va a provocar esta crisis se convertirá seguro, si no se toman medidas drásticas, en despidos de trabajadores. Debemos suspender el pago de luz, agua y gas. Para las empresas necesitamos suspender los préstamos al menos durante el plazo que dure la pandemia. Dar facilidades para la restructuración financiera. Debemos exonerar la cuota a la seguridad social a todos los autónomos, no sólo a los más vulnerables ya que todos los autónomos se van a resentir.

 

Entendemos que las prestaciones a los autónomos que vean reducida su facturación en un 75% respecto del semestre del ejercicio anterior será de difícil consecución si tenemos la suerte de paliar el Covid-19 en el plazo estimado por el gobierno.

 

Es cierto que se han adoptado medidas magníficas de protección a los trabajadores en cuanto a prestaciones por desempleo, pero en el ámbito de autónomos y empresarial nos hemos quedado cortos y muchas de las medidas son de difícil cumplimiento. Entre otras cosas porque las medidas de los primeros las soportan los segundos.

 

Y por supuesto, debemos ser agradecidos con nuestros profesionales sanitarios y con tantos otros en la primera línea de batalla. Debemos encontrar la forma de gratificarlos, los aplausos no son suficientes.

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