Es el tema de actualidad en cuanto a cláusulas abusivas se refiere y desde EFE&ENE hemos analizado en varios post y webs colaboradoras sobre la posibilidad que tenemos los usuarios de reclamar el dinero derivado de la cláusula suelo y de la cláusula de gastos hipotecarios que nuestros bancos nos impusieron en la hipoteca. Y creo que “imponer” es el verbo correcto y no “proponer”, como debió ser. Recordemos que las sentencias del Tribunal Supremo declaran abusivas y nulas este tipo de cláusulas precisamente por no haber sido negociadas individualmente entre entidad bancaria y el prestatario o, al menos, por haber una falta total de transparencia a la hora de la firma, entre otros motivos.
Al fin y al cabo, los bancos elaboran y redactan las condiciones. Puedes preguntar o pedir aclaraciones, la respuesta siempre va a ser la misma: “firme aquí, que eso es normal, está en todas las hipotecas”. Y firmas, claro, es la entidad bancaria que te ofrece mejores condiciones (las menos malas) y en ese momento o lo tomas o lo dejas. Si bien es cierto que todas las hipotecas tienen elementos diferenciadores como el capital, periodos de amortización o porcentaje de interés aplicable que sí se negocian, también tienen otros literalmente idénticos que se incluyen en las hipotecas como si de elementos estructurales básicos e indispensables se tratasen, como la declarada abusiva cláusula suelo o la que impone los gastos hipotecarios al prestatario.
Durante aquella época dorada, la firma de hipotecas se convirtió en el gran negocio de los bancos y, en consecuencia, de las notarías colaboradoras, gestorías o entidades de tasación, quienes también se enriquecieron con estas operaciones. El tiburón y las rémoras.
Años más tarde, ha resultado que todo aquello no era tan buena práctica como parecía. Es cierto que la crisis económica y los desahucios derivados del impago de las hipotecas han mostrado la imagen más cruel de los bancos y han crispado a la población, pero tampoco ha ayudado la aparición de otros productos financieros bien llamados “tóxicos” (preferentes, subordinadas, valores o acciones) que han acabado soliviantando a los usuarios de las hipotecas, lo que está provocando un aluvión de reclamaciones, ahora que los altos tribunales nacionales y europeos se han pronunciado a su favor. El respeto de los clientes hacia quienes se encargaban de gestionar y proteger su dinero está desapareciendo.
Son cuestiones diferentes, pero parece que vivimos un déjá vu que se repite año a año en la guerra permanente contra los bancos y sus productos. Si el año pasado fueron las acciones de Bankia y el anterior las participaciones preferentes, una nueva batalla se libra contra las entidades financieras, quizás la más grande vista hasta la fecha.
Como digo en el título, ¡cuidado con los bancos!. Parece que quieren llegar a pequeños tratados con los usuarios pero debemos ser prudentes y pacientes. Y lo decimos desde la experiencia: hoy mismo ha venido una señora al despacho diciendo que el banco le había ofrecido entorno a 800€ para compensar los gastos hipotecarios asumidos por ella en su día y le recomendaban aceptar la oferta, pues si reclamaba judicialmente debería costearse un abogado y abonar previamente la tasa judicial. Analizada la documentación, podremos recuperar alrededor de 5.000€, sin pagar ninguna tasa judicial (porque no existe) y con altas probabilidades de obtener condena en costas a nuestro favor.
Es cierto que en aquella época las entidades bancarias tenían la sartén por el mango pero ahora, con los tribunales a nuestro favor, quienes le han dado la vuelta a la tortilla han sido los consumidores y los bancos tratan de defenderse con este tipo de ofertas a la baja, con tal de ahorrar algunos euros tras años de imponer abusivamente sus cláusulas.