Construir un patrimonio es un objetivo valioso y que enseña mucho. La idea nos puede parecer un mundo, pero en realidad es una buena forma de mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestros hijos.
Aquí van 7 ideas a vuelapluma que no suelen usarse de filtro y que son de utilidad:
1. Disfruta el proceso: elige la forma de invertir que más te atraiga, o la dejarás pronto. Una vez en marcha, ya podrás optimizar y mejorar (esto es válido para cualquier hábito).
2. Limitaciones realistas: si ya tienes un trabajo, no te busques otro. Valora la energía que puedes dedicar a invertir y elige solamente inversiones que no exijan de ti más de lo que puedes dar.
3. Primero, cash flow: normalmente, generar ingresos adicionales es la mejor forma de empezar a invertir porque vemos el impacto directo en nuestra vida. Por eso, siempre sugiero empezar con inversiones que generen caja antes de invertir en bolsa.
4. Proceso simple y probado: un sistema que incline la balanza a tu favor es fundamental. Algo replicable y que gente de inteligencia media esté haciendo con éxito suele ser indicativo de que funciona.
5. Sálvate de ti mismo: las emociones son enemigas de la rentabilidad. Para gestionarlas, delega decisiones, invierte en vehículos o asume la obligación de reportar a unos socios.
6. Convexidad: asegúrate de que tu riesgo esté calculado, pero que no haya límite a tus ganancias. Mitigar el riesgo y abrir la puerta a un beneficio recurrente es un punto básico.
7. Apalancamiento: utiliza todas las herramientas a tu disposición, como ayudas públicas, financiación bancaria, socios o un patrimonio previo. Si la inversión es buena, siempre hay palancas (y viceversa).
Si tienes alguna otra idea que aporte valor, estamos encantados de leerte.