Un amigo acaba de mandarme los demoledores resultados de una encuesta que la firma americana de abogados Labaton Sucharow realizó este verano entre 500 profesionales de la inversión en EEUU y Reino Unido. Se les preguntó sobre su visión ante el comportamiento deshonesto para conseguir el éxito profesional, y los datos son impactantes.
Algunos de los puntos clave:
-El 26% tenían experiencia “de primera mano” en comportamiento deshonesto
-El 16% realizarían inside trading si quedaran impunes (delito penado)
-El 30% opinaba que su esquema de salario prácticamente les empujaba al comportamiento deshonesto
Yo no sé qué pensarán ustedes, pero en mi opinión la prevención de la siguiente crisis no pasa por regular aún más el mercado y complicar aún más las relaciones con los clientes, sino en castigar a los culpables y terminar con la impunidad para que el sector deje de atraer a sabandijas avariciosas.
¿Cuál es el problema? Como siempre el mismo… el conflicto entre regulador y regulado cuando no está claro quién tiene mayor poder. En este caso la clase política y la élite financiera, incapaces de dominarse la una a la otra, a las que el contribuyente siempre (siempre) acaba pagando la fiesta. Y así será, como decía Berlanga, mientras haya “ministros y administrados”.
Y si no que se lo digan a los portugueses, que han sustituido ya el Monopoly por un juego en el que el objetivo es llevar el país a la quiebra. ¿Los jugadores? Banqueros y políticos…
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