Comentaba el otro día en una reunión de padres de la clase de mi hijo el mayor, que la diferencia entre nuestra generación y la de nuestros padres era que pertenecemos a “otros tiempos” y que, el hecho de pertenecer a “otros tiempos” influye en la manera de pensar, en las costumbres y hábitos; en la forma de vestir y de hablar, pero que en el fondo continúa habiendo muchas coincidencias.
En cambio, la diferencia entre nuestra generación y la de nuestros hijos no es simplemente la pertenencia a “otros tiempos”, es más bien un cambio de era y esto sin duda afecta mucho más, puesto que no se trata de unas diferencias en costumbres o planteamientos sino más bien de un giro copernicano en la manera de entender cómo nos comunicamos, el acceso que tenemos a la información, la manera de pensar… concluíamos –no sé si acertadamente- que se ha creado una realidad paralela. Y me quedé dándole vueltas al asunto.
Trasladando esta reflexión al mundo empresarial esto implica sin duda que los futuros consumidores de mis productos viven en una realidad paralela a la nuestra en muchos casos, utilizan lenguajes distintos y su manera de consumir, planificar, y buscar va a ser absolutamente diferente a la nuestra en muchos aspectos. Las empresas, del tipo que sean, van a tener que hacer obligatoriamente un esfuerzo por saltar a esa otra paralela que se ha creado. No se trata esta vez de acomodarse a los nuevos tiempos y modernizarnos sino de estudiar cómo “empezar de cero” en esta nueva era.
Luego llegué a mi despacho, recordé una noticia que había leído, y me había pasado inadvertida: la fusión entre la plataforma Net-a-Porter, propiedad de Richemont, y la italiana Yoox.
La compañía de moda se había subido al carro de la nueva era dando un salto a la otra paralela mediante una alianza estratégica a través de una fusión. Perfecto, yo conozco la moda, los gustos del consumidor, las tendencias… tú conoces la red, los canales, la manera de llegar a ese nuevo público, nos juntamos y a por ellos.
Las alianzas estratégicas pueden ser un camino sin duda en esta dirección. ¿Dónde se va a mover mi consumidor? ¿Cómo? ¿Quién puede ayudarme? Son reflexiones que cualquier empresario ha de hacerse de manera obligatoria.
Para llevar a cabo ese análisis es interesante mirar qué están haciendo tus competidores y recabar la opinión o involucrar a tus mejores colaboradores, con el objetivo de ver dónde cómo y con quién se pueden dar esas sinergias ganadoras. Y luego ser valiente.